Los síntomas más frecuentes son parecidos a los del resfriado común: congestión nasal, tos, fiebre, pérdida del apetito, falta de energía.
Estos síntomas se pueden agravar (fiebre alta, dificultad para respirar), cualquier lactante está en riesgo de sufrir una enfermedad grave por VRS, como bronquiolitis o neumonía.