Los pacientes con patologías crónicas como diabetes, enfermedades respiratorias o cardíacas, renales, hepáticos, etc, tienen un mayor riesgo de complicaciones graves si se contagian de la gripe o la COVID-19.
Es decir, la infección suele ser más grave, porque son pacientes más delicados, más vulnerables, de forma que pelean con menos armas contra estas infecciones y, por otro lado, su enfermedad se agrava, se descompensa.
La persona con cardiopatía empeora su función cardiaca.
La persona con una enfermedad respiratoria como asma o EPOC: empeora de su dificultad respiratoria, la necesidad de inhaladores o de oxígeno.
La persona con diabetes: su diabetes se descompensa, le produce más alteraciones de los niveles de glucosa en la sangre.
Al final, todos estos pacientes con enfermedades crónicas tienen mucho más riesgo de tenerse que ingresar en el hospital o incluso puede morir por esa infección.
Y por tanto, la recomendación es vacunarse todos los años.